
Estilo de vida y tratamientos complementarios en reproducción
Actualmente entre un 12-17% de las parejas que buscan gestación experimentan problemas de fertilidad en el mundo occidental. Existe una tendencia a un empeoramiento de estas cifras en las últimas décadas, que podría tener relación con cambios en nuestro estilo de vida que afectan a nuestra alimentación, actividad física o exposición a tóxicos. Se define la esterilidad cómo la incapacidad de conseguir gestación clínica durante un año de relaciones sexuales desprotegidas. Se estima que en 1/3 de los casos la causa será de etiología femenina, en 1/3 de etiología masculina y en 1/3 de causa mixta o desconocida.
Clásicamente, en la valoración de la paciente estéril sus hábitos de vida no han sido evaluados, relegándose su papel a un plano secundario y muchas veces excluido de la anamnesis inicial.
El efecto de nuestros hábitos alimenticios, actividad física o exposición ambiental, debe tenerse en cuenta en el asesoramiento de nuestros pacientes. Son factores que pueden dar respuesta a esterilidades de origen desconocido e incluso mejorar o resolver cuadros de esterilidad sin necesidad de terapias complejas. Sencillos cambios en nuestras rutinas pueden mejorar de manera importante el pronóstico reproductivo disminuyendo el desgaste emocional y económico que muchas veces asocian estos pacientes.
Otro aspecto importante, es conocer las necesidades nutricionales adecuadas para que los mecanismos implicados en el proceso reproductivo de la mujer se encuentren en condiciones óptimas para conseguir la gestación en el menor tiempo posible con las menores complicaciones gestacionales asociadas.