
VIH y Enfermedad Renal
Desde finales de la década de los 90 se ha producido una modificación progresiva de la historia natural de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) con un descenso mantenido en la incidencia de síndrome de inmunodeficiencia adquirida y de la mortalidad relacionada con el mismo. En la actualidad, la mayoría de los pacientes con buena adherencia al tratamiento tienen una larga esperanza de vida, planteándose la infección por el VIH como una enfermedad crónica. Este aumento de la longevidad se ha incrementado también la comorbilidad relacionada con enfermedades crónicas como la enfermedad renal crónica (ERC) diabetes mellitus, la hipertensión arterial, la dislipemia y las complicaciones cardiovasculares.
El espectro de la enfermedad renal en el paciente con infección por VIH ha cambiado a los largo de los últimos diez años. La afectación específica como la glomerulonefritis segmentaria y focal en su forma colapsante es muy poco frecuente en al actualidad, mostrando estos pacientes otros tipos de glomerulonefritis asociadas a coinfecciones por el virus de la hepatitis C. La mayor longevidad de los pacientes, la mayor prevalencia de alteraciones metabólicas y la acumulación de riesgo vascular pueden estar favoreciendo el desarrollo de enfermedad renal crónica (ERC) multifactorial en la población infectada por el VIH.
En esta condición se hace mas patente la aparición de complicaciones renales sobre ERC, como el fracaso renal agudo durante la hospitalización, así como la posible nefrotoxicidad por diversos fármacos, entre ellos tenofovir. En breve plazo se dispondrá de nuevas formulaciones de este fármaco con menos potencial nefrotóxico.
Finalmente se analizará la relevancia de la función renal sobre algunos de los nuevos tratamientos de la hepatitis C con antivirales de acción directa, por la alta prevalencia de coinfeción en el paciente con infección por VIH.